Si quieres ver el mundo tambalearse, no tienes más que ofrecerle un servicio, crearle dependencia, y en el momento menos pensado… ¡zas! Privarle de él. Hace unas semanas fue Blackberry, y ahora le toca el turno al servicio de mensajería instantánea Whatsapp, que anunciaba en su Twitter la caída temporal del servicio. La Humanidad tembló, y se oía en la distancia un débil susurro: “¿Qué será de nosotros sin Whatsapp?”. Y pensar que hace dos años nadie lo utilizaba…
Si vemos las cifras de la compañía, actualmente el flujo de envío que gestiona Whatsapp es de mil millones de mensajes al día, entre texto, fotos, audios, etc. Un negocio bastante suculento como para que no evolucione y se trate de rentabilizar cada vez más.
Para los afortunados que todavía no tenéis muy claro en qué consiste, ni dónde está la clave del éxito de Whatsapp, aquí os damos unas pinceladas para que podáis decidir si un corte en el servicio de Whatsapp es motivo de enfado, o de alivio.
4 Razones por las que adorar Whatsapp
1. Por supuesto, la principal razón de uso de Whatsapp es la posibilidad de comunicarte de forma gratuita, a través de cualquier wi-fi. Esto es especialmente útil si tenemos en cuenta que la mayoría de tarifas de datos no incluyen envío de sms, o si quieres enviar mensajes sin coste desde fuera de España.
2. Además de texto, Whatsapp permite enviar imágenes, vídeos, audios e incluso compartir la ubicación donde te encuentras.
3. La aplicación te informa de la recepción y apertura de los mensajes que envías, lo que te garantiza que han sido leídos.
4. Es compatible con todos los dispositivos móviles de Android, Symbian, iOs, Blackberry, y puede instalarse en cualquier ordenador.
4 Razones por las que odiar Whatsapp
1. Pudiendo hacer una llamada de unos segundos, te obliga a perder un tiempo mayor al tener que estar escribiendo. Además, a veces puede resultar inoportuno, y aunque no puedas hablar, te obliga a, como mínimo, responder a quien te habla y tener que justificarte, para no quedar mal.
2. Si la persona a la que envías el mensaje tiene ganas de conversación, puede que un mensaje se te convierta en un chat que no sabes muy bien cómo cortar.
3. Con sólo tener tu número en su agenda, cualquiera puede empezar a hablarte por Whatsapp. Y si tú no tienes el suyo, puede que ni siquiera sepas de quién se trata.
4. La privacidad de Whatsapp se ha puesto muchas veces en duda, ya que aunque elimines la conversaciones, parece que se queda una copia permanente, incluso de las ubicaciones que has enviado vía GPS.
¿Cómo es posible que una aplicación que hace unos meses nadie conocía, se convierta de pronto en algo básico para sus usuarios?
¿No te parece que puede ser contraproducente estar siempre tan localizable para cualquiera?
Imagen | Abulhussain
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