Muchas empresas que comienzan su andadura se plantean qué se puede y no se puede hacer a la hora de recoger datos de carácter personal y realizar envíos para sus campañas de emailing. No siempre se es consciente a la hora de realizar email marketing de la importancia de las listas de distribución propias, pero es un aspecto esencial, no sólo por cuestiones prácticas, sino también legales.
Construir nuestras bases de datos de clientes de forma adecuada es un proceso laborioso y en ocasiones lento; pero si nos precipitamos y no tenemos en cuenta ciertas normas, podemos incurrir en errores que nos supongan un grave perjuicio.
¿A quién podemos incluir en nuestras listas de distribución?
Antes de lanzarnos a capturar direcciones de e-mail de listas públicas, o de bases de datos que no hayamos creado nosotros mismos, hemos de planificar nuestras listas de distribución cuidadosamente, atendiendo a las cuestiones legales en el email marketing.
Actualmente, dos leyes regulan las comunicaciones comerciales por medios electrónicos: la Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal (LOPD) y la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y Comercio Electrónico (LSSI).
A grandes rasgos, estas leyes establecen que:
- La comunicación comercial debe identificarse como tal. Para ello, podemos incluir la palabra “Publicidad”, “Información comercial”, o “Publi”, más concisa para el campo Asunto.
- Debe especificarse quién es el remitente. Además de la legalidad, a efectos prácticos está demostrado que la tasa de apertura de emails desciende cuando no está claro quién es quien envía el mensaje, por lo que recomendamos incluir el nombre de la empresa emisora.
- Está prohibido realizar comunicaciones no autorizadas por el destinatario, de ahí la importancia de generar listas de distribución propias, cuyos datos hayan sido extraídos con el consentimiento oportuno. Cuando exista una relación contractual, esto no será de aplicación, siempre que los datos de contacto sean utilizados para enviar comunicaciones sobre productos o servicios relacionados con los que generaron en su momento la relación.
- De cualquier forma, en todas nuestras comunicaciones (y en el momento de la recogida de datos) siempre deberemos ofrecer la posibilidad de que el destinatario cancele cuando desee la recepción de envíos, de forma sencilla y gratuita.
¿Dónde y cómo debemos tener nuestra base de datos de clientes?
Cuando recogemos datos de nuestros clientes, debemos comunicarles cuál es el fin para el que vamos a utilizarlos, además de ofrecerles la posibilidad de rectificarlos o anularlos cuando lo estimen oportuno.
Asimismo, al almacenar datos de carácter personal, estamos obligados a notificar a la Agencia Española de Protección de Datos la ubicación del fichero, quién es el responsable, qué datos figuran en él, y cuál es su finalidad.
Actualmente, la sociedad está cada vez más sensibilizada con la protección de datos. Por ello, si tu empresa no está cumpliendo la normativa, conviene agilizar su adecuación para evitar asumir riesgos innecesarios.
Las leyes, además de recomendar, sancionan, por lo que es fundamental tenerlas en cuenta para gestionar correctamente nuestras listas de distribución, y en caso de delegarlo en una empresa especializada en email marketing, asegurarnos que se ajustan a su cumplimiento.
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