A pesar de que las campañas de e-mailing están en forma y demuestran interesantes datos de efectividad, no hay nada más molesto que recibir mensajes de forma no solicitada, o incluso inoportuna.
¿Te has preguntado si estás molestando a tus clientes con tus comunicaciones? Es momento de plantearse si en tus campañas de Email marketing: ¿eres un spammer?
¿Qué entendemos por ser un spammer?
Hay dos formas de entender el email marketing:
La primera es la que consiste en realizar periódicamente envíos de información relevante en cuanto a contenido, ofertas, etc. a aquellas personas que han mostrado su interés y han dado su consentimiento, por ejemplo a través de un formulario en nuestra web, para recibir comunicaciones por nuestra parte. Este es el conocido como el permission-based email marketing, o email marketing de permiso.
La segunda, es enviar comunicaciones de forma masiva e indiscriminada a personas que en ningún momento lo han autorizado, y es lo que se conoce como spam.
En ocasiones, puede resultar tentador aumentar nuestra base de datos con estos contactos que no han dado su consentimiento, pero realmente no sólo no es efectivo, sino que podemos enfrentarnos a problemas de incumplimiento de la Ley Orgánica de Protección de Datos (LOPD).
Lo ideal es contar con una lista de suscriptores lo más depurada posible, ya que de nada sirve hacer grandes envíos que no sean abiertos o valorados por los destinatarios. Cantidad no necesariamente significa calidad…
¿Cómo no ser un spammer?
No ser un spammer es relativamente sencillo, y pasa por tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Enviar comunicaciones únicamente a aquellos clientes que han dado su consentimiento.
- Especificar de forma visible y clara en cada uno de nuestros envíos la manera de darse de baja de nuestra lista de suscriptores, para que en el momento en que el receptor lo desee pueda dejar de recibir nuestros mensajes.
- Tenemos la opción de facilitar un registro doble opt-in¸ esto es, un registro en dos pasos, solicitando al usuario una verificación del registro de su dirección vía e-mail. De esta forma garantizaremos que la dirección suscrita es válida.
- Invitar a los receptores a que nos añadan a su lista de direcciones seguras, para evitar que nuestros mensajes sean filtrados como correo no deseado.
- Utilizar una frecuencia de envío adecuada, ya que si nos excedemos en nuestras comunicaciones podemos resultar molestos y ser bloqueados.
- Ofrecer siempre propuestas de valor en nuestros mensajes, ya sea mediante contenidos interesantes, ofertas, descuentos, etc. Si ofrecemos algo a cambio, será más probable que los clientes nos consideren favorablemente.
Ventajas de no ser un spammer
Si conseguimos tener una lista de suscriptores depurada, con contactos cualificados, tendremos la oportunidad de hacer llegar nuestros mensajes y ofertas a potenciales clientes de forma muy directa, con grandes opciones de personalización y segmentación.
Además, el email marketing es una de las formas de comunicación más fácilmente medibles, que nos permite corregir rápidamente y testear la eficacia con variaciones a un coste muy económico.
¿Estás aprovechando ya el email marketing como forma de comunicación eficaz con tus clientes?
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